viernes, 29 de octubre de 2010

los zapatos de la niñez


Percepción objetiva: en esta otra fotografía de Dorothea Lange se ve la imagen de dos niños, uno está sentado con las piernas colgando en un pequeño desnivel, otro está agachado a su derecha, ambos miran a la cámara.

El primero es rubio, y con la mano izquierda se protege los ojos del sol. Tiene el pantalón roto y manchado, su aspecto es bastante desaliñado; además el segundo segundo con una indumentaria similar tiene los pies descalzos.
                                                               
Percepción subjetiva: da la sensación de que salieron con lo puesto (probablemente no tengan otra cosa), que ahora no tienen muchas comodidades. Sus caras presentan seriedad, intriga, pero no preocupación ni tristeza. 


Creo que viven en una familia que está pasando dificultades, pero no por eso dejan de ser niños o pierden la infancia; seguramente lo recordarán toda la vida, y marcará su forma de ser, pero esa siempre será su infancia, será su pasado...

¿Crees que los niños que pasan situaciones complicadas dejan de ser niños?,¿ pierden la infancia?

A solas con la esperanza...



Percepción objetiva: esta es una foto hecha por Dorothea Lange, en ella aparece la imagen de una mujer, sentada sobre una cama. Tiene la mirada perdida, mira hacia el suelo y con la mano izquierda (apoyada sobre la derecha) se sujeta la cabeza… está sola, no aparece nadie más.


No está sucia, pero aún así no parece que sus condiciones de vida sean muy lujosas.

Alrededor  solo se puede ver un cubo de metal y algunas mantas o ropa al fondo.

Percepción subjetiva: basándonos en lo anterior podemos deducir que está pensando, pensando en su futuro, quizás el de su familia. Su cara tiene un gesto de preocupación, de no saber que esperar. Como si las cosas hubiesen ido mal y ya no supiese que más le podía pasar.

La imagen me sugiere tristeza, desamparo, futuro, sueños… pero ante todo preocupación.
Su cara lo dice todo, es el gesto de una madre preocupada, quiere lo mejor para los suyos, pero a la vez muestra impotencia, no sabe qué hacer, está perdida…

Quien sabe que puede estar pensando realmente, lo único que podemos saber es que la situación en la que está no es nada agradable.

¿Cuántas situaciones difíciles has pasado?¿Crees que son comparables con lo que seguramente esté pasando esta mujer?

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Y ahora?


Percepción objetiva: podemos ver  la imagen de tres hombres de raza negra.  Están sentados y ninguno de ellos está mirando a la cámara.

El primero y el último están mirando algo concreto, mientras que, el de en medio mira al vacío. Mira, pero no ve nada.

Percepción subjetiva: la imagen me sugiere tristeza, sentimiento de fracaso, sueños rotos y esperanza…

Da la sensación de que llevan un largo viaje, parecen cansados, y sobre todo el del centro parece como si estuviese mirando el futuro, "su futuro";  pero su cara muestra decepción, probablemente lo que ve no es lo que se esperaba, pero si algo destaca en esa mirada, en mi opinión es: "no pienso volver atrás". Pienso que es como si mirase al futuro con miedo, pero con decisión y sobre todo y a pesar de todo...con esperanza.

Lo que más me llama la atención es que parece como si llevaran todo su pasado sobre los hombros, les pesa y puede que incluso quieran escapar de él.

Y a ti… ¿Qué te sugiere?

miércoles, 27 de octubre de 2010

Me llamo Malgalí y soy un problema...



Al salir de casa de los Martínez, me esperaban los hijos del vecino de enfrente, un señor mayor, gruñón y gritón. Los Martínez les habían hablado muy bien de mí, ya que necesitaban a alguien que pasara las noches de los fines de semana con él. Su padre estaba muy mayor pero no quería irse a vivir a una residencia ni con ninguno de sus hijos.

Acepté.

En vez de salir por la noche, ganaría más dinero que me ayudaría a dar el paso de abandonar la casa de mi tía.

Al  entrar en la casa del anciano olía a cerrado y había muy poca luz. El hombre estaba sentado en el sofá, su hijo me presentó pero el hizo como si no me viese.
Su hijo me enseñó la casa pero no pude evitar oír como el anciano le decía a su nieta que yo no le iba a ayudar en nada, que lo que iba a hacer era robarle, que todos los sudamericanos éramos iguales.

Pero… ¿por qué decía eso?, ni siquiera me conocía, ¿qué le he hecho?

¿Welcome to paradise?



Ayer fue un día muy curioso, me trajo muchos recuerdos y me hizo cambiar mi forma de ver algunas cosas.
Estaba cenando con los niños de los Martínez, cuando la mayor me dijo que estaba estudiando el descubrimiento de América, en ese momento el pequeño muy emocionado me preguntó si yo conocía a Colón.

¡Qué gracioso!, pero esto me dejó pensando; mi abuelo era peruano y siempre estaba contando historias de cuando era pequeño. Contaba que nuestros antepasados eran muy ricos, pero que al llegar los españoles, estos les habían quitado todo e incluso habían vendido a algunos como esclavos.

Mi abuelo odiaba profundamente a los españoles, no sólo por el daño que le habían hecho a su familia, sino por todo el mal que habían causado en nuestra tierra, creyendo ser más que nosotros y explotando nuestras tierras para su propio beneficio.
Cada vez que contaba esas historias en lugar de acrecentar mi odio a los españoles hacía que me pareciese que todo era un cuento que se inventaba mi abuelo aunque sin perder de vista que todo lo que contaba era cierto, pero había ocurrido hace más de 500 años y muchas veces me preguntaba si hubiera sido mejor que nunca nos “descubrieran”; aunque como dijo uno de los profesores el otro día, en realidad sólo nos encontraron, “América ya estaba allí”.

¿No es curioso pensar que la tierra de donde partió la gente que arruinó la vida a mis antepasados, seguramente me la solucione a mí?