jueves, 7 de octubre de 2010

¿Y si el cuento acaba mal?



¡Primer día en Madrid!.


Las clases empiezan a las 15.30h pero debo aprovechar el día, tengo que hacerme la tarjeta de extranjero y solo tengo para hacerla el primer mes desde mi entrada en España, además tengo que preguntar en tiendas y supermercados si necesitan personal, necesito dinero, con 300 euros no hago nada (pero sin la tarjeta de extranjero no me contratarán, ¡necesito esa tarjeta!)...efectivamente, no me da tiempo ha hacerla.

Empiezan las clases, Ciudad Universitaria (debo hacerme el abono, o no voy a conseguir ahorrar). Mi clase es el aula 15, pero la facultad es muy grande así que pregunto en conserjería donde está, y al indicarme me dicen que si la encuentro ya casi me conozco la facultad...
La clase es enorme, me siento en la última fila, nunca me ha gustado llamar la atención. Desde arriba veo a todo el mundo, todos tienen amigos, a lo mejor no consigo encajar.

En casa mi tía me pregunta que tal el día, mi cara lo dice todo, se ríe... dice que no pasa nada, que es mi primer día que mañana pruebe a sentarme un poco más abajo (donde se sienta la gente), además tiene una noticia que me hará sentir mejor, me ha conseguido trabajo de canguro de los hijos de una amiga suya, ¡por fin!, la primera buena noticia del día... y con esa sensación de que las cosas mejoran y que mañana será otro día, me quedé dormida.

¿Quién nunca ha sentido que no encaja y ha deseado que se lo tragase la tierra?

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